sábado, 17 de octubre de 2015

He dejado de buscarte

Creí que por fin me había vaciado de ti, y decidí ir a buscarte. Ni siquiera diría que fui en tu busca en un primer momento. Salí a explorar. Imbuido de altiveza, libre y orgulloso, salí a reafirmar mi autosuficiencia con lo que quedara de ti.

Pero ignoré que en mis espaldas cargaba con una intuición inapreciable que fui cebando a cada paso. La alimenté con falsas seguridades y la dejé crecer. Primero fue una ténue carga, después un aire de necesidad, al final un gran parásito. Y al llegar la noche yo era esa intuición.

Deambulaba en la oscuridad como un perro enfermo y medio ciego, olisqueando cada rincón y comparándolo con tu recuerdo. Pero todo este tiempo me había estado vaciando en un sutil goteo que se llevó mi sangre y tu veneno, dejando nada más que una ligera fragancia, un leve rumor al que aferrarme. Así que solo reconocí el olor dulzón del patetismo que fui dejando tras mi desesperada batida. Pero tú no estabas allí. 

Hoy lo he entendido. Aquella intuición había ocupado el vacío del que fui complice, me convertí yo mismo en la intuición y a partir de ese momento, aunque no lo supiera, ya no te podría encontrar. 
Nunca podría encontrarte porque habías dejado de existir, y en tu lugar dejaste una certeza. 
Nunca lo hubiera sabido, pero no aspiraba a ti, sino a ella. 

Arrastrando mi pesada mirada he topado con los ojos de un cadáver. 
Y he dejado de buscarte.

Eye - M. C. Escher

1 comentario:

  1. Prosa llena de lirismo en la que lo mejor es la recuperación de sí y, cómo no, la apertura a todo cuanto aún es posible hallar.

    ResponderEliminar